Los espacios naturales se han convertido en motores del desarrollo socioeconómico de numerosas áreas rurales de nuestra Comunidad Autónoma.

Para ello tan sólo es necesario comparar la evolución de los indicadores estadísticos de los municipios incluidos en las zonas de influencia socioeconómica de los espacios naturales protegidos, con los municipios que quedan fuera de dichas zonas.

Igualmente se puede constatar que el ritmo de creación de empleo en los espacios naturales protegidos es superior al de otras zonas y que se generan tanto empleos directamente relacionados con la gestión del espacio y el aprovechamiento de sus recursos, como empleo indirecto.

Los primeros incluyen los puestos de trabajo de las personas en ramas de actividad que tienen un contacto directo con el consumo de los visitantes en el espacio protegido (hostelería, actividades de ocio, gestión y administración del espacio, venta directa, etc.).

El empleo indirecto incluye los trabajadores de otras ramas de actividad que no tienen un contacto directo con los visitantes al espacio protegido o que no aprovechan directamente sus recursos, pero que trabajan en empresas o instituciones encargadas de responder las necesidades de las empresas que si lo hacen. Por ejemplo construcción, suministro energético, alimentación, equipamientos, servicios, etc.